INTEGRANDO PARTES DE MÍ
DESDE EL 2017
Si sigo creyendo todo esto de mí, no voy a sobrevivir.
Así fue el primer parpadeo de mi interior, como si una parte de mí empezara lentamente a abrir los ojos para dejar entrar poco a poco la luz y así buscar nuevas formas de ser, vincularme y validarme a mí misma.
Nací en una familia en la que mi nacimiento fue una sorpresa y mi existencia una revolución. Crecí en un molde en el cual estaba destinada a no encajar, por mucho que lo intentara (y que a veces, desde mi humanidad, lo sigo intentando). Lo único que sabía de mí era que no pertenecía, que no había lugar para mi cuerpo, mi emocionalidad, mi profundidad, mi personalidad, y mucho menos para mi visión del mundo. Aprendí que algo malo había en mí y me desconecté de lo que me hacía ser yo, y por ende, de mi cuerpo.
Los últimos 4 años de mi vida los he dedicado completamente a abrir mis ojos. He estado despertando mi consciencia álmica (la espiritualidad ha sido una inmensa guía en mi camino), mi consciencia mental (navegando por el mar de las creencias limitantes y expansivas) y luego siendo testigo del más trascendental parpadeo, el de mis ojos físicos.
Mi cuerpo y mi soma suavemente abren sus ojos despertando mi consciencia somática. Voy recuperando el lenguaje de la inteligentísima geometría que es mi esquema corporal, mis percepciones y sentidos, mis emociones y pensamientos, y por supuesto, mi sistema nervioso. Así fue que comprendí e in-corpo-ré que el alma, la consciencia y la inconsciencia son experiencias corpóreas y somáticas. Mi espiritualidad se transforma y una sabiduría mucho más profunda me envuelve.
A lo largo de mi vida han habido momentos trascendentales, como hacerme adulta en el extranjero, la soledad, los desafíos y la incertidumbre de lo que es realmente vivir en otro país. La intensidad y la responsabilidad de ser esposa en un matrimonio binacional durante 15 años y contando, la vunerabilidad de mirar patrones repetitivos, atender nuestras heridas y el compromiso de cada día cultivar un vínculo más sano y seguro. A veces me pregunto cómo sería mi vida si las cosas hubieran sido diferente, si hubiese tenido antes estos recursos a mano. Pero la verdad es que, sin mis registros humanos, no tendría los fundamentos para escribir mi biografía hacia el futuro.
MI DESEO ES OCUPAR MI LUGAR EN EL MUNDO CADA DÍA UN POCO MÁS LIBRE
La más grande liberación y salto evolutivo me lo ha dado el trabajo somático, procesando e integrando quién he sido, soy y seré en niveles mucho más profundos que la palabra y el pensamiento. Cada parte de mí conforma un tejido evolutivo,
como una constelación de mí misma.
Este ultimo año me ha puesto en el lado oscuro de la luna por el tiempo más largo hasta ahora, mirando de frente mis heridas y patrones inconscientes (e inteligentes en su inconsciencia) en un nivel mucho, mucho más profundo.
Un quiebre físico en los ligamentos y hueso de mi tobillo me puso brutalmente de frente a otros quiebres en mi vida y a una de las crisis más grandes en mi matrimonio. El otro lado de la luna, la sombra, el inconsciente, emerge no sólo cuando entramos en contacto con aquellos puntos evolutivos del ser, sino que también y sobre todo, en lo más cotidiano del día a día: en el vínculo con una misma, con un otro y con lo que nos rodea, desde lo sutil a la materia.
Estoy constantemente aprendiendo de donde vengo y hacia donde voy. Este espacio también nace de lo que aun tengo por recordar y transitar, por eso exploro nuevas maneras de acompañarme a mí misma y de dejarme acompañar, educarme y formarme en diferentes áreas. Desde lo más formal, me dedico a la somática, al coaching desde una metodología basada en la conexión cuerpo-mente. Actualmente estoy estudiando un diplomado en psicoterapia integrativa y en terapia somática vincular.
Algo que he sentido desde pequeña es un llamado a ir más allá, estar al servicio desde lo que he vivido y aprendido, y cambiar el mundo una persona a la vez. En las diferentes etapas de mi vida este pulso de acompañar se ha ido transformando conmigo. Lo que de niña era ayudar a mis compañeros con las materias del colegio, y más adelante estudiar lenguas para enseñar idiomas desde mi visión, luego se convirtió en brindar un espacio seguro para procesos de transformación.
Qué sanador es mirar atrás y poner palabra a sentires tan importantes, y al mismo tiempo, hace siete años no me lo hubiese creído. Aún recuerdo esa sensación de estar perdida, anhelando profundamente algo en qué creer, y mientras más buscaba, más abstracto, lejano e incluso inalcanzable se sentía. Fue recién tres años después, cuando cumplí treinta, que mi ir-venir espiritual al fin encontró un lugar en el reiki, la canalización con mis guías y mi formación como maestra de meditación con Mujer Holística.
Como lo único constante es el cambio, mi búsqueda interna me llevó a transformar completamente mi visión sobre la espiritualidad. Llevaba un tiempo con fuertes síntomas físicos que simplemente no podía abordar desde lo energético y espiritual. Necesitaba volver a mí justo debajo de la piel, a los registros humanos de mi sistema nervioso. Un retorno a la seguridad fisiológica y a la apertura de una escucha interna auténtica. No hay nada más espiritual que procesar nuestra experiencia humana en y a través de nuestro cuerpo, que para mí, es el verdadero merkaba.
Estamos acá para procesar nuestra experiencia humana y álmica. La invitación es a integrarla, no sólo en un plano mental y espiritual, sino que incorporarla en una nueva configuración interna, una nueva ruta somática, neuronal, en una nueva estrella dentro de la constelación interna que son mis registros humanos.
Hay muchas dimensiones de quien eres. La sanación y la evolución se trata de generar la capacidad de avanzar con todas las partes de mí: las que están conectadas a la herida, las que están en consciencia y seguridad, y las que están llamando tu atención para ser vistas.
La consciencia somática incluye lo versión de ti que eres hoy, y hay partes de ti que son un recurso interno. La invitación es acompañarte a descubrir y fortalecer tus recursos internos para interactuar con la vida desde un estado de armonía y presencia.
Uniendo humanidad y espiritualidad. Integrar e incorporar lo que soy en mi origen, en mi humanidad, en mis registros humanos, en aquellas huellas que nos han marcado desde el primer latido en el útero materno. Los aprendizajes del alma los transitamos en la experiencia humana que consiste de un cuerpo, por lo tanto de un soma y es a través de esta constelación somática que llegamos a la expansion del alma.
SOMA o somático hace alusión al proceso vivo de estar en un cuerpo, percibiendo las sensaciones fisiológicas, reconociendo las respuestas condicionadas y la experiencia viva de sentir, pensar y accionar. Es un proceso interconectado que incluye y va maś allá de la estructura física. La mente, la consciencia y el Alma habitan en el SOMA, son experiencias somáticas, corporeas, sentidas.
Volver al SOMA no siempre es un proceso agradable o catártico, no se trata de extremos. La gracia de reconectar con la sabiduría somática es recuperar el ritmo y el lenguaje interno de tu sistema nervioso como recurso para regular y transitar tu experiencia. El sistema nervioso es el guardián de nuestras heridas y nuestra medicina.
No se trata de no repetir, no reaccionar ni llegar a un estado deseado, se trata de ser testigos de nuestra experiencia. Se trata de cultivar la capacidad de presenciarme, generar amplitud de consciencia y crear más espacio interno para abrirme a la posibilidad de elegir un camino diferente.
Estos son algunos principios de este espacio.
Muchos, por ej. el olor a humedad
A veces creo canciones de cosas random
Pan tostado con mantequilla o palta
Me fui de Chile por amor a los 20
Café, iced latte o mango lassi
Ahora mismo: Caraval
The beatles, Robbie Williams, Monkey Safari
En un café bonito o mirando el sol entre los árboles